Enrique Higuera Infantes

Pintor

 

 

De aspecto tímido, sencillo de costumbres, económico en el gesto, cordial y amable, sin énfasis ni presunción… Quién reconocería, a primera vista, en Enrique Higuera Infantes al gran artista que le habita?

Sirve el arte, entre otras muchas cosas, para permitir a quién lo ejerce, el desahogo y el amor.

En Higuera es catarsis permanente, ejercicio de vida, diálogo diario con la realidad y la idea. Experimentador obstinado y paciente, preciso en la ejecución, depuradísimo, su arte nace de la confluencia creadora de dos mundos: el interior o subjetivo, bullicioso, expansivo, y el externo o real, no menos subjetivo sin embargo. Su pintura tiene todo el encanto, toda la misteriosa y singular belleza del arte de los grandes y decididos solitarios.