José Gómez-Menor

Sacerdote, Poeta, Investigación Histórica y Artística de Toledo

 

 

BREVISIMA SEMBLANZA DE MI MISMO

 

 

“L’incompréhension du présent naît fatalement de l’ignorance du passé. Mais il n’est  peut-être pas moins vain de s ‘épuiser à comprendre le passé, si l’on ne sait rien du présent.”

                                                                                 Marc Bloch  , Apologie pour l´Histoire

 

 

Los datos irrelevantes de mi vida se entremezclan desde 1929 – año en que nací, en el corazón de Toledo, a dos pasos de Zocodover, en una vieja vivienda sobre la librería familiar – con acontecimientos de valor histórico: una sangrienta contienda civil, una nueva guerra mundial, el posterior y espectacular desarrollo técnico, las impresionantes mutaciones ideológicas y medioambientales acaecidas en este medio siglo.

 

El cruce de las propias coordenadas de tiempo y lugar me permitieron conocer y vivir una fe religiosa, que me llevó al sacerdocio: he sido cura de almas en Cervera de los Montes y Villaminaya, capellán en Fuensalida y Toledo. Estudios universitarios en la Universidad Complutense y en Salamanca me llevaron mansamente al quehacer historiográfico, con un interés particular hacia la historia cultural toledana del siglo XVI: Garcilaso, los orígenes  del Lazarillo de Tormes y de su anónimo autor, el círculo familiar de santa Teresa y de san Juan de la Cruz, el abigarrado mundo de la sociedad judeoconversa toledana, la vida y la obra de médicos, escritores y artistas de la época, tales como Sebastián de Horozco, Alonso de Covarrubias, Juan de Borgoña, Pedro de Ribadeneira, Juan Correa de Vivar, Blas de Prado, el doctor Francisco de Pisa, Luis Tristán y el Greco, centraron mi actividad en los archivos y mis trabajos de investigación, vertidos en tres o cuatro libros y en numerosos artículos, que vieron la luz en revistas especializadas.

 

Ya en las últimas jornadas del camino de mi vida, ahora como antes, me refugio también en la poesía, con el intento de llegar a ser, como en el verso de Vicente Aleixandre,

“…un árbol sostenido sobre la tierra misma que un hombre ha sido un día”.

 

                                                                                                    José Gómez-Menor